Metrocuentos V

lunes, noviembre 28, 2005

En estos días, como de costumbre, venia parada en el vagón del metro, me estaba doliendo la espalda y venia rogando que alguien se bajara, para asi poderme sentar.

En la estación Los Dos Caminos se montó una señora, cargando una inmesa bolsa, asi que todo sueño de sentarme quedo esfumado.

En fin, ya en la estación de Chacao se bajó alguien, y le digo a la señora que se siente, y me hago a un lado, para que ella pueda pasar...

Pues que les cuento que la señora efectivamente se sentó y el resto del viaje me estubo viendo como con molestia.

En ese momento lo único que me pasaba por la mente era: "Dios porque tengo que ser tan pendeja siempre, debí dejarla cargando su bolsa, para que me viera con rabia, pero con algo de razón..."

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