La falta de tecnología...

jueves, septiembre 29, 2005

Siempre he pensado que mi infancia y mi juventud fueron muy lindas y divertidas, y aunque no estaba llena de lujos, y ciertamente no todo fue felicidad, puedo decir con propiedad que disfrute mucho de ambas etapas de mi vida.

Ninguna de las dos estuvo llena de carencias, ni afectivas, ni materiales, porque la verdad es que nunca me faltaron amigos, ni juguetes.

De lo que si puedo quejarme es de la falta de tecnología total que habia por aquellos años. En aquella época no habian ni camaras digitales y mucho menos teléfonos celulares con camara. Esto difucultó en grado superlativo la documentación gráfica de algunos eventos algo ridiculos que sufrimos mis amigos y yo por aquellos días.

Si bien mi papá tenia una camara de video y varias camaras fotográficas, la verdad es que eran muy grande y pesadas, lo que hacia su movilización muy dificil, además de que esconderlas era practicamente imposible. Ahora la cosa es sencillita, caben en las carteras, en los bolsillos y son super faciles de manejar.

Todo esto viene como consecuencia de un ataque nostalgico que sentí en estos días, al recordar algunas de las cosas que hicimos estando más jovenes. Aca les pongo algunos de estos momentos, por supuesto, obviando completamente aquellos donde me encontraba involucrada:

  • El día que le secamos el cabello con el secador a mi vecino, y le quedo igualito a la mamá de Fran Fine (The nanny). Mi vecinito tenia por aquellos días como 18 años y lucia una medianamente larga cabellera llena de rizos. Antes de que alguno piense que mi hermana y yo fuimos malvadas, esta muy equivocado, porque tal tarea se realizo a solicitud de la victima.
  • El día que mi amiga de la universidad se fue de mi casa montada en su Dart (antiguo vehiculo de la Dodge). Sus limpiaparabrisas no servian, asi que minutos después que ella salió y comenzó a llover, mi hermana y yo salimos en el carro a ver como estaba, cuando la vimos por la autopista, con la cabeza fuera, tratando de ver algo.
  • El día que la graciosa de mi hermana asomo mi morral por la ventana del piso 4 del Yaguaral (edificio donde se encontraba el ciclo profesional de la Universidad), y todas mis cositas fueron a para regadas por el estacionamiento.
Como esos momentos hay montones, es una verdadera lastima que no exista testimonio gráfico de aquellos momentos, porque sería perfectos como terapia anti-stress por estos días.
Me despido con la amargura de que hubiesen sido muy buenas las fotos

1 comentarios:

Miguel Pinto dijo...

Que lástima que no existieran las cámara digitales, hubiera sido muy bueno ver como le quedó el pelo a tu vecino y haber visto tus cosas volando desde lo alto del edificio, pero no importa lo bueno de no haberla tenido es que con tu relato logramos imaginarlo, eso está mejor.

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