En estos días tuve una experiencia muy loca en el Metro, cuando el tren en el que iba, decidió ignorar deliberadamente a la gente que lo esperaba en la estación de Petare.
Ante la mirada atónita tanto de la gente en el anden, como de la gente dentro del tren, este pasó por la estación e hizo toda la parafernalia, se detuvo en el anden, sono la alarma de cierre, lo único que parece haber olvidado el operador, fue abrir las puertas.
En fin, el Metro no deja de sorprenderme...